When writing «Ants on the salt», many were the works that inspired me. Some of them, consciously. Others, perhaps the most important, unconsciously. And there is a work that, for some reason unknown to me, inspires me a hidden relationship between Melany, the protagonist of «Ants on the Salt», and Veronika, the protagonist of «Veronika Decides to Die», by Paulo Coelho.
In Coelho’s novel, the protagonist, Veronika, is admitted to a psychiatric sanatorium after a failed suicide attempt. There she undergoes experiences that will make her rethink the meaning and value of life. Melany, on the other hand, has not decided to end her life. She has fled her country, Senegal, to escape from a past that shattered her life and yet she decided to move on, even if it meant leaving her beloved land in Africa.
Melany, like Veronika, goes through extreme experiences in a period of time delimited by the narrative action. Both women start from a traumatic situation, but life itself pushes them to continue living it no matter what. Melany, like Veronika, becomes a mirror for the reader, who understands that survival is not only a matter of strength, but also of circumstances and opportunities.
Melany understands that the opportunities that life offers her are adjusted to her own socio-cultural level, a level acquired by her decision to work as a housekeeper in Mr. Franchi’s house. The house-sanatorium is a gallery of characters that will make her grow, demonstrating that the very engine of change is found in herself and in the people around her.
I am sure that Melany and Veronika would be friends. And perhaps in that idea lies the feeling I have as an author that «Veronika Decides to Die» is a hidden inspiration for «Ants on the Salt». I think there is a purity in modern classics that ends up permeating writers, and to Paulo Coelho we owe a lot in recent decades. Because of writers like him, Melany decides to live, and I also decide to write.
Versión en español
Melany decide vivir
Al escribir «Hormigas sobre la sal», muchas fueron las obras que me inspiraron. Algunas, de forma consciente. Otras, tal vez las más importantes, de forma inconsciente. Y hay una obra que, por algún motivo que desconozco, me inspira una relación oculta entre Melany, la protagonista de «Hormigas sobre la sal», y Veronika, la protagonista de «Veronika decide morir», de Paulo Coelho.
En la novela del maestro Coelho, la protagonista, Veronika, es internada en un sanatorio psiquiátrico tras un intento de suicidio fallido. Allí vive experiencias que le harán replantearse el sentido y el valor de la vida. Melany, por su parte, no ha decidido poner fin a su vida. Ha huido de su país, Senegal, para huir de un pasado que destrozó su vida y aun así, decidió seguir adelante, incluso si ello implicaba dejar su amada tierra en África.
Melany, al igual que Veronika, atraviesa vivencias extremas en un lapso de tiempo delimitado por la acción narrativa. Ambas mujeres parten de una situación traumática, pero la propia vida les empuja a seguir viviéndola cueste lo que cueste. Melany, al igual que Veronika, se convierten en un espejo para el lector, que entiende que la supervivencia no solo es una cuestión de fortaleza, sino también de circunstancias y oportunidades.
Melany entiende que las oportunidades que la vida le ofrece están ajustadas a su propio nivel sociocultural, un nivel adquirido por la decisión de entrar a trabajar como gobernanta en la casa del señor Franchi. La casa-sanatorio es una galería de personajes que le harán crecer, demostrando que el propio motor de cambio se encuentra en ella misma y en las personas que la rodean.
Estoy seguro de que Melany y Veronika serían amigas. Y quizá en esa idea reside la sensación que como autor tengo de que «Veronika decide morir» es una inspiración oculta para «Hormigas sobre la sal». Creo que hay una pureza en los clásicos modernos que acaba permeando a los escritores, y a Paulo Coelho le debemos mucho en las últimas décadas. Por escritores como él, Melany decide vivir, y yo también decido escribir.
