Entre 2015 y mediados de 2019 viví en Ciudad de México. Estuve implicado en muchos proyectos, y uno de los que más satisfacciones me trajo concebir fue el Museo del Pulque y las Pulquerías (MUPYP), junto a los compañeros de la Asociación Nacional de Pulquerías Tradicionales A.C.

    La entrada del Museo del Pulque y las Pulquerías (MUPYP)

    El pulque es una bebida tradicional mexicana. Muchos conocen el tequila, el mezcal, y hay muchas más, pero el pulque destaca por el patrimonio cultural que acarrea. Es una bebida precolombina, con su propia mitología que ha llegado hasta nuestros días. No entraré ahora en las propiedades del pulque, de su elaboración artesanal o del impacto social que tiene, pero sí es importante destacar que el pulque es algo muy vinculado a consumirlo en las pulquerías tradicionales.

    Cuando el presidente de la Asociación Nacional de Pulquerías Tradicionales A.C. me contó la idea de montar un museo en 2017, el primero de esta temática en la Ciudad de México (y por tanto, en México y el mundo), el primer desafío que surgió en mi cabeza fue cómo hilar los mensajes del museo para conectar tanto con los entendidos del tema como con los que nunca habían tenido contacto con el pulque.

    Había que destacar el aspecto tradicional de la bebida y a la vez introducir elementos actuales. Por fortuna, en la planta baja del museo habría una pulquería real, lo cual facilitaba el discurso para el museo. El mensaje a comunicar era:

    Conoce el proceso de elaboración artesanal del pulque, los elementos utilizados en dicho proceso, la importancia de las pulquerías en Ciudad de México a lo largo de la historia… y cuando termines, tómate un buen pulque con nosotros.

    Mi participación más destacable (aunque no la única) en el proyecto puntual del Museo del Pulque y las Pulquerías (MUPYP) fue:

    • Creé un manual de marca, incluyendo logotipo, aplicaciones en cartelería, señalética, etc. En mi experiencia, sé que cuando formalizas estos elementos, tal vez el usuario no sea capaz de percibirlo conscientemente, pero hay una armonía que te hace destacar sobre los demás.
    • Hice una página web, que si bien no actualizo todo lo que me gustaría, también es un poderoso refuerzo de imagen de marca: «No solamente somos una cosa de Facebook, sino algo que también está en la web, con un registro de dominio, una persona que ha realizado esa página, etc».
    • Para la pulquería de la planta baja (llamada «Pulquería Panana») propuse exitosamente la inclusión de fotos de targets jóvenes de diferentes nichos urbanos. Fue algo revolucionario, porque las pulquerías tradicionales suelen mostrar la típica iconografía pulquera conservadora (magueyes, paisajes, fotos antiguas, murales con motivos precolombinos, etc.) Las fotos las hizo un amigo fotógrafo profesional de CDMX.
    • Hubo otros elementos, como el papel picado que cuelga del techo, que lo diseñé y pedí que lo realizaran en blanco, a diferencia del colorido papel picado de muchas pulquerías tradicionales. Esto transmite la idea de «somos una pulquería tradicional, pero somos elegantes y aquí vas a encontrar cosas que en otros lugares no». Yo mismo lo amarré al techo.

    Fue un proyecto exitoso, que se materializó en febrero de 2019, justo antes de mi regreso a España. Pude ver, disfrutar y saborear las mieles del éxito de este proyecto. A día de hoy continúa abierto al público, cada día creciendo más y renovándose gracias al esfuerzo de los compañeros que luchan por revalorizar el pulque y las pulquerías.

    Todas las fotos y contenidos de las imágenes han sido tomadas y realizadas por mí (excepto aquellas fotos donde aparezco).

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